1 Buscar un lugar y un momento adecuado para: intercambiar, discutir y dialogar, en vez de lanzar “recriminaciones” o “deudas viejas” y/o “reproches”, generando un clima que permita negociar con tu pareja.
2 Entrenar la capacidad de autocontrol y asertividad para que nos permita afrontar los momentos críticos, evitando la agresividad y pero también la sumisión.
3 Afrontar los diferentes temas o problemas, especialmente sin restricciones o tabúes de esta manera se evita que el conflicto estalle.
4 Los desacuerdos se deben a conflictos de intereses, opiniones y /o criterios sobre diferentes temas o situaciones, no tomes a estos como personales ni atribuyas mala voluntad a tu pareja
5Hacer preguntas abiertas y tener una escucha activa, atendiendo las respuestas de la otra parte, sin interpretar sus mensajes o sin hacer censuras. Tratar de evitar que algún integrante de la pareja monopolice la reunión.
6 Expresar sus puntos de vista, deseos o necesidades. Nadie sabe mejor lo que una persona piensa o necesita que ella misma. Por lo tanto esperar que la otra persona le adivine el pensamiento es irreal.
7 Especificar y delimitar el problema evitando las generalizaciones. Es muy importante definir el conflicto antes de empezar a solucionarlo.
8 Exponer y discutir desde posiciones flexibles, no dogmáticas, acerca de cómo deben hacerse las cosas o abordase determinadas situaciones. . Explorar alternativas con flexibilidad y diversidad tratando de mostrar varias salidas.
9 Negociar para encontrar una solución para la situación presente y para el futuro. Los conflictos se solucionan hacia el futuro no hacia el pasado. La vivencia de lo ocurrido es subjetiva y lo importante es negociar y actuar a partir de ahora.
En algunos casos y estando de acuerdos ambos integrantes de la pareja es posible realizar una consulta con un terapeuta de pareja, para colaborar a resolver el o los conflictos y a generar nuevas formas de comunicación.