Algunas herramientas para la prevención
El suicidio es un problema de salud pública importante con frecuencia es un temadescuidado, rodeado de estigmas y mitos. Cada caso de suicidio es una tragedia que afecta gravemente no sólo a los individuos, sino también a las familias y las comunidades. Cada año, más de 703.000 personas se quitan la vida tras numerosos intentos de suicidio, lo que corresponde a una muerte cada 40 segundos.
Según datos del Ministerio de Salud Pública (MSP) en el año 2020 los suicidios totales en Uruguay fueron 718, lo que representa una tasa de 20,30 cada 100.000 habitantes (MSP, 2021). La distribución es desigual, el suicidio consumado es más frecuente en varones, 8 de cada 10 son hombres (MSP, 2021). Sin embargo, la mayoría de los IAE son realizados por mujeres. En cuanto a la distribución geográfica, los suicidios representan el doble en el interior del país con respecto a la capital, con un porcentaje promedio de 67 % y 33% respectivamente en los años 2004-2009 (MSP, 2018).
El suicidio es un problema de significativo impacto en la salud pública en nuestro país y en el mundo, que debe abordarse desde su complejidad y multicausalidad. Fue la primera causa de muerte en la franja etaria de 15 a 24 años en Uruguay en el año 2020. Resulta imprescindible considerar la prevención de las conductas suicidas desde un abordaje integral que contemple el cuidado de la salud mental y el bienestar de los estudiantes y su complejidad.
El abordar la complejidad de las conductas suicidas comienza por identificar los factores de riesgo y de protección. Los factores de riesgo clave abarcan desde los sistemas sanitarios y la sociedad hasta los niveles comunitario, relacional e individual.
Se consideran factores protectores a las situaciones vinculadas al contexto o personales que reducen la probabilidad de desarrollar conductas suicidas (Larrobla, C y otros 2012). La prevención de la conducta suicida hace referencia a la implementación de estrategias de promoción de salud, detección precoz y el desarrollo de una red de contención y atención de calidad, contando con la participación de todos los implicados desde una perspectiva integral.
Son factores protectores:
• Contar con una red social de apoyo: adultos referentes protectores, integración a diferentes grupos sociales (familia, amigos, deportivos, de recreación, etc.).
• Imagen positiva de sí.
• Vivencia de aceptación y pertenencia social.
• Percepción de contar con el apoyo del otro.
• Habilidades para transitar los conflictos.
• Posibilidad para buscar ayuda. • Identificar las propias emociones.
• Habilidades sociales para establecer vínculos.
¡El suicidio se puede prevenir!
Las medidas clave de prevención del suicidio basadas en evidencia incluyen restringir el acceso a medios para suicidarse (por ejemplo, armas de fuego, pesticidas, etc.), políticas de salud mental y reducción del alcohol, y promover que los medios de comunicación informen sobre el suicidio de manera responsable.
El estigma social y la falta de conciencia siguen siendo barreras importantes para buscar ayuda para el suicidio, lo que pone de relieve la necesidad de alfabetización en salud mental y campañas contra el estigma.
Poner foco en la prevención del suicidio es especialmente importante para crear vínculos sociales, promover la toma de conciencia y ofrecer esperanza. Acercarse a los seres queridos por su salud mental y su bienestar podría salvarles la vida.